Un estudio realizado recientemente ha revelado que nuestro país es el segundo de Europa con los servicios bancarios más caros. Esto es, en España, mantener una cuenta corriente cuesta al año, en términos medio, 178 euros, cantidad ciertamente inferior a los 253 euros de Italia, pero muy superior a los 154 de Francia, ocupando estos últimos el tercer lugar de esta lista.
Así lo refleja un informe elaborado por un consultor externo para la Comisión europea, en el que todas las variables analizadas sitúan a nuestro país en una posición bastante mala para los intereses del consumidor: absolutamente todos los servicios importantes brindados por la banca son muy caros, la simplicidad de la operativa está por debajo de la media europea y la transparencia de los costes deja mucho que desear.
«España registra unos precios por gestión de cuentas corrientes muy elevados: es el segundo país más caro de toda la UE, y así pasa porque todas las tarifas principales son muy caras», afirma el informe, que basa sus conclusiones en 8 perfiles diferentes de consumidores.
La comisaria responsable de Consumo, Meglena Kuneva, manifestó en Bruselas que por lo general en Europa las comunicaciones bancarias son demasiado opacas. «A los consumidores les resulta difícil saber a ciencia cierta lo que pagan y establecer comparaciones con otras ofertas», decía. El informe revela que en el 66% de los bancos analizados, «las tarifas son tan poco claras que los expertos encargados de realizarlo se han visto obligados a reclamar información complementaria a los bancos, para calcular el costo real de las cuentas».
«Resulta bastante evidente el grado de dificultad que los consumidores deben afrontar en su trato con los productos y servicios financieros minoristas. La Comisión está determinada a poner término a este estado de cosas, lo que implicará imponer transparencia», decía el comisario McCreevy, responsable del Mercado Interior durante la presentación del informe.