Los teleoperadores del número de información telefónica se enfrentan todos los días a infinidad de consultas, de las cuales hay algunas que rozan el límite de lo absurdo como por ejemplo aquella en la que un usuario llamó para preguntas si le podían facilitar el número de Internet. Os detallamos las 10 consultas más ridículas a este número de información.
1. Una persona llamó indicando al teleoperador que le atendió que su gato había muerto, preguntándole que si “podía solicitar al supermercado la devolución de los pañales que no utilizó”.
2. Otra llamada fue hecha por una mujer que se quejaba amargamente de que sus invitados eran muy groseros, y su cuestión era que si tenía la obligación de darles previamente un aviso antes de echarlos. El interlocutor preguntó a la señora que si había algún tipo de contrato de arrendamiento entre las partes, a lo que la mujer respondió que no, que simplemente los invitados eran familiares de su marido.
3. También fue una señora la protagonista de esta llamada. Ésta llamó muy indignada preguntando si podía acogerse a las leyes ya que se sentía engallada ya que había contratado los servicios de un gigoló a través de una página web, y cuando el hombre llegó resultó ser muy diferente del que salía anunciado. La señora apostilló: “Cuando contratas estos servicios esperas que sea más guapo que tu marido y él definitivamente, no lo era”.
4. La siguiente usuaria solicitaba la reparación inmediata de un sombrero, según la misma éste no iba bien ya que se le había volado de la cabeza un día de viento.
5. Una persona preguntó las siguientes cuestiones, un tanto escabrosas: “¿Qué debo hacer con un cadáver? ¿Qué pasa si la persona no está muerta? Si descubro un cuerpo, ¿soy responsables de los gastos del funeral?”
6. Otra persona se dirigía al teléfono de atención al cliente para saber si necesitaba un permiso oficial para poder construir una tumba en el patio de su casa.
7. Un consumidor solicitaba asesoramiento tras haber llevado a su mascota a un taxidermista. Según el usuario, éste último había engordado a su perro por lo que ya ni parecía el mismo animal que cuando vivía.
8. El inquilino de una vivienda contactaba con este teléfono para asesorase sobre si podía romper el contrato de alquiler de su vivienda al considerar que ésta estaba embrujada. El propietario de la misma había aceptado romperlo solo si fallaba un exorcismo que ya tenía programado. El teleoperador le aconsejó que pusiera ese acuerdo por escrito.
9. Una persona llamaba para saber si podía poner una queja a su constructor, ya que ésta había movido una piedra que había modificado toda la apariencia de la propiedad. Cuando el oyente preguntó que qué tamaño tenía dicha piedra, el individuo asevero que el de su mano.
10. Un hombre contactó todo agobiado porque no podía apagar su ordenador, el teleoperador le indicó que cerrara todos los programas que tuviese abiertos, todas las ventanas. Tras un rato de ausencia el hombre volvió al teléfono y cuando el teleoperador le preguntó que dónde estaba el hombre contestó que cerrando las ventanas.
Espero que os hayan gustado, al menos que os hayan arrancado alguna sonrisilla, ya os iremos contando más anécdotas de este tipo.